martes, 22 de marzo de 2022


    http://ascanio97.blogspot.com/2020/09/zona-mis-personajes.html


ZONA 








CUENTO FANTASTICO




 



Parte 1 "LAURA"

Dentro del negro túnel el ulular del tren se escuchó por encima de los ruidos y voces que todo lo llenaban a esa hora del atardecer...

La adolescente con su mochila de combinados ocres y logos foráneos, se acercó aun más al borde del anden de la remodelada y luminosa estación Callao, ahora con pretensiones de “primer mundo”; los dos ojos centellantes comenzaron a bailotear allá, muy abajo en la oscuridad del negro agujero, salpicado con destellos verdes y rojos.

 Laura, que así se llamaba la esbelta joven, aferró nerviosamente el libro que descansaba en su brazo izquierdo, y se acomodó lo mejor que pudo entre el mar de codos y olores, deseando con toda su alma, que alguna de las puertas quedara frente a ella, y así tener la posibilidad de conseguir un asiento. Se encontraba ansiosa por continuar con la lectura de ese libro, que comenzara la noche anterior, no pudiendo aprovechar ningún recreo del día, ya que no hubo respiro para  las del 5ª año del Liceo, abrumadas con prácticas y evaluaciones de fin de año.

 Aun seguían frescas en su mente las palabras que Judas Loew Ben Bezalel pronunciara en aquel sórdido lugar del “ghetto” de Praga...

Esa parte de la novela la tenia cautivada... embrujada, esa era la palabra... 

¿ la palabra..? 

                     Parte 2 "Por La PALABRA ..."


“ POR LA PALABRA QUE HIZO EL MUNDO... POR LOS 32 NOMBRES SAGRADOS DE DIOS...” , sí..! Debía  tener “suerte”, poder sentarse y continuar con la historia... – se dijo con determinación.

“APRENDERAS TODO DE MI... ME MIRARAS Y ME IMITARAS...”, las palabras se repetían como un eco lejano, en su cabeza...

 Pasaron ante ella, en una sucesión de colores, luces y vértigo los rojos vagones, como el girar de los números de una rueda de la fortuna... con sus ventanillas de rostros borrosos... y puertas que poco a poco se tornaron lentas..., y más lentas hasta detenerse...

Había tenido suerte...

Era realmente atrapante...

”TU QUE ERES LA LEY... TU QUE ERES LA VOLUNTAD, EL ALIENTO DIVINO”...

¿Cuánto llevaba así ?... Ensimismada en la novela. – se preguntó.

 Continuaba perdida entre las sombras de los laberintos tortuosos del “ghetto”, con sus miedos flotando entre las ánimas de los martirizados, quienes sumergidos en esas brumas que todo lo diluían, que todo lo gastaban, se confundían en tiempo y espacio con los pensamientos del rabino Judas Loew... – las palabras ahora le sonaban más claras.

“¡TU! SIEMPRE INMÓVIL AQUÍ..!”

El subconsciente de Laura pugnaba por escapar de esa bruma agobiante y tenebrosa que la atrapaba, algo distinto ocurría ahora, algo había cambiado en su entorno... – se esforzó, sin poder saber …

Algo mas fuerte que todo eso, la obligaba a la compañía del rabino y a intentar ayudarle a desentrañar el misterio que ocultaban esas páginas “del manuscrito” que él leía al cielo y al gélido viento en aquel “infierno” de Praga.

Sí..!, se revolvió en su asiento, ahora ella podría descifrar todo aquello... –  se dijo con sorpresa y estupor.

Todos los secretos de la magia quedarían liberados... – tenía pereza de romper ese hechizo...

“PERO AHORA SABRÉ LAS PALABRAS...!”

 Quería  pensar en “aquello distinto”, pero deseaba inmensamente seguir los pasos de Moisés... Salomón y ahora “ella, Laura”... – todo otro pensamiento, no la dejarían continuar..., se dijo, mientras sacudía su larga y lacia cabellera oscura.

 El transitar acompasado y monótono del sonido del tren parecía haber aumentado de volumen, ¿por qué ahora lo escuchaba tanto? – pensó molesta, por no dejarla penetrar en esa bruma y poder sumergirse en esa paz quieta, cargada de presagios y descubrimientos, tras los pasos del viejo rabino...


Parte 3 El "HECHIZO" se rompió...

El “hechizo” se rompió... El mecánico machacar, insistente y cruel lo había logrado...

Levantó sus ojos del libro y miró.
Ya no había más rabino...

 No más “ghetto” de Praga, ahí adelante estaba la respuesta a lo distinto, a lo raro...

“Las voces, las risas y murmullos ya no se escuchaban... estaba SOLA..!?”.

Se hallaba sola en medio de ese enorme vagón del subte, flanqueada por largas hileras de asideros colgando de la barra, repitiendo su incansable vaivén, sin manos que los detuvieran. 

Se le hacía mas inmenso aquel solitario vagón... o era ella, sintiéndose más y más pequeña – un estremecimiento le recorrió todo el cuerpo... 

Tonterías..! – pensó, mientras sus pequeños y sensuales labios intentaban dibujar una sonrisa.

No era la primera vez que alguien se quedaba sola en el vagón de un subterráneo. – se dijo, dándose ánimo.

Lo extraño..!? – los miedos nuevamente.

Que antes nunca le había sucedido y menos a esa hora  cuando tantos escolares salen de sus turnos vespertinos.

Rogando que el tren arribara pronto a una estación – tomó nuevamente el libro, tratando de no pensar más en ello.

Pero ahora le resultaba difícil concentrarse en él, parecía que también el rabino Judas Loew se había ido – se inquietó.

Se irguió en el asiento, mientras se esforzaba por regresar a las brumas del “ghetto”  – debía serenarse y comportarse como una chica de su edad...

Y no como una niñita temerosa y fantasiosa... – se recriminó.

 Lo ocurrido tenía una explicación simple y racional – apeló a su sentido común

Que nadie subiera a ese vagón, todo era obra de una maldita coincidencia, agravada por su propia culpa al no ver quienes bajaron de él, por estar absorbida con la novela – se dijo para serenarse.

Eso es lo que ocurrió, seguro que en los demás vagones no pasaba lo mismo – se repitió, intentando saber que sucedía más allá, sin conseguirlo.

Pronto llegarían a la próxima estación, ¿ cual sería ? – se preguntó

El no saber donde estaba, era solo su culpa y no del libro, – se justificó, no necesitaba llevar el orden si total ella bajaba en Lacroze, el final del recorrido,  además estaban los letreros internos,  pero ahora que se fijaba..?

Ninguno funcionaba, solo titilaban sin marcar estación alguna – nuevamente la inquietud y el miedo.

NO..!,  la culpa la tenía ese libro...!

Y su estúpida obsesión por las historias truculentas, recordó a  su madre repitiéndole que ese tipo de lecturas tarde o temprano le causarían problemas – se revolvió molesta.

Las luces del vagón comenzaron a parpadear. Debemos estar pasando por una zona de cambios – se dijo con el fin de tranquilizarse. 


Parte 4 "A Oscuras..."

De pronto la oscuridad exterior la rodeó – apenas pudo ahogar el grito, cuando quedó completamente a oscuras.

Acurrucada en su asiento rogaba desesperadamente que la luz volviera pronto... – sus manos aferraban como un escudo el libro interrumpido.

Sus grandes ojos, de un marrón intenso, se esforzaban por ver, sin ver... – temía levantarse y correr a tientas, pronto vendría la luz, rogó esperanzada, mientras comenzaba una oración.

 La señal que anunciaba la próxima curva se coló como una saeta roja saltando de ventanilla en ventanilla, Laura imaginó que la centella de fuego la lastimaría y levantó su “escudo” hacia ella...

El campanilleo del vagón motor fue en “crescendo” y el quejido agudo del acero friccionándose sobre los rieles taladró los oídos de la joven estudiante.

Pero fue otro ruido que le alarmó – SI..!, aseguró inquieta, lo había escuchado al comienzo del vagón, allí adelante.

Era un ruido metálico, como el de una puerta al cerrarse... – se dijo, pero temerosa de asomarse y ver, sin poder ver...

El solo pensar que había alguien más con ella, al principio la tranquilizó... – se atrevió... esforzándose por ver...  

La oscuridad era total. – se preguntaba si realmente no era sólo el producto de su deseo...

Nada parecía haber allí... – intentó preguntar, sin lograr que palabra alguna brotara de su boca.

No lograba distinguir nada, intentó nuevamente...

Al fin… ¿quién... esta...ahí? – balbució entre miedos y angustias.

¿ QUIEN ESTA AHÍ...? – lo dijo sobreponiéndose a esa oscuridad total.

 “LA PALABRA SE HACE LETRA... Y TU VIVIRAS...!!! ¡¡¡ CAMINA !!!” 

la voz del rabino, ocupó su mente...

Un vértigo de luces, ruedas y campanillas lo invadió todo como en un carrusel de múltiples colores ... y Laura lo VIO..!

En los instantes del paso del otro tren pudo saber que no estaba sola...

Venía hacia ella... – se preguntó si la había visto.

Es probable que no... – se dijo, mientras se alegraba de no haber salido al pasillo...

Se trataba de una persona muy corpulenta... – recordando lo poco que había podido ver.

Tal vez era el guarda que intentaba arreglar las luces del tren – se dijo, buscando serenar el pánico que la dominaba, aunque un extraño presentimiento, le ordenaba permanecer en silencio sin delatar su presencia .


Parte 5 ¡¡ Te Llamaré... GOLEM..!!"

“ATHA GIBOR LEOLAN... ADONAI ..!!!, LA PALABRA SE HACE LETRA... Y LA LETRA...¡¡¡ VIDAAAA..!!!”.

Reflejos pálidos juguetearon tímidamente por instantes entre las negras formas dando definición y lugar a la presencia...

Ahora se hallaba mucho mas cerca...

El miedo le hizo estremecerse...

Buscó a tientas sus cosas en el asiento...

No permanecería allí sentada, aguardando a que “ESO” se acercara más – se dijo con determinación.

Seria mejor buscar otro vagón con personas... – pensó, mientras se levantaba, abandonando su seguridad.

 Quizás se trataba de un maníaco sexual, esos como los de la “Tele”, que violaban y mataban adolescentes – recordó con angustia y horror, las imágenes con que los medios bombardeaban diariamente, a los sufridos ciudadanos, en una puja insaciable por el famoso “culto al éxito”.

 Con horror Laura vio como la sombra borrosa se acercaba más y más... era enorme... sus movimientos cansinos y torpes, parecían los de un animal gigantesco... – no pudo evitar su miedo... y exclamó con angustia...

¿ QUIEN ESTA AHÍ..?...

 Sí..! debía tratarse de un loco y venía hacia ella... – pensó con horror.

Corrió presa del pánico hacia el fondo del vagón, buscando la puerta salvadora que la comunicaría con el resto del pasaje.

Desesperada asió la manija, tratando de moverla con todas sus fuerzas, pero no cedió.

El terror la invadió al ver a través del vidrio, las dos cintas de plata, que se sumergían en aquel interminable y negro corredor...

 “¡¡¡ ADELANTE... CAMINA...!!!” – repiqueteó en su mente.

Las lagrimas surcaron sus mejillas  

-  recién entonces Laura supo que lloraba de miedo...

 “¡¡¡ YO TE HE CREADO...!!!  ¡¡¡ TU, ME OBEDECERAS..!!!”

– la voz del rabino de Praga le hablaba a ella.


Parte 6 "EL MUÑECO VIVIENTE".

Poco a poco se fue deslizando hacia el suelo, ya las piernas no la sostenían, sus cosas yacían desparramadas por el piso del vagón, el libro apretado contra su pecho era su coraza... – no quería pensar... la violarían... no quería saber... solo estar en ese “ghetto” con el rabino susurrándole...

 Un hedor a espectros y tierra de siglos lo invadió todo, paralizándola – giró muy lentamente su cabeza, ese olor le  ahogaba, y en la penumbra lo vio...

Parado frente a ella... inmenso... una mole de misterio y horror... – su cabeza comenzó a dar vueltas en un torbellino sin fin... el “ghetto”... el rabino... los abismos del Tiempo.... las palabras...??

Cuando las enormes y gélidas manos, se posaron en sus hombros buscando el fino cuello, de su garganta enmudecida brotó un grito sobrehumano, desgarrador, – aturdida y alucinada, no pudo definir ese hedor que también se apoderaba de toda ella, al mismo tiempo que exclamaba...

¡¡¡ NOOOO....GOLEM...!!!

¡¡¡ NOOO... TU NO ERES DE ESTE MUNDO....

     VETEEEE...      AAAHHHHHHHHH..!!!


Una luz brillante y cegadora fundió las formas y las cosas...  

 - Laura..!! despierta hija...!!! despierta...!!! Otra vez tus pesadillas...!!

-       ¡¡ NOOO...GOLEM...!!!

-          Cálmate..!! Tranquila, ya todo pasó... Fue un sueño, hija...!

-          OH..! ...que terrible...!

-          Te he repetido que no te quedes leyendo hasta tarde...!!

-          Lo se ma ... pero me gustaba tanto esa novela...

-          De que se trata esta vez..? 

-          “Pero hija..!!

-          “EL MUÑECO VIVIENTE”...vaya historias que te gustan leer...!!

 ...”POLVO ERES... Y EN POLVO TE CONVERTIRAS...!!!”

...”TENIA LOS OJOS FIJOS EN SU GOLEM... - ¿se preguntó?

   ¿QUIÉN PODRÍA DECIRLE...

    QUE PENSABA DIOS AL MIRAR A SU RABINO DE PRAGA?”...

“Dentro del negro túnel el ulular del tren se escuchó por encima de los ruidos y voces que todo lo llenaban a esa hora del atardecer...

La adolescente con su mochila de combinados ocres y logos foráneos, se acercó aun más al borde del anden ...??!!”

-         F I N ..?

                                                                                                                         por  Ascanio




A todo aquel: "Que una vez fue niño y fantaseó con un barrilete..."


I - El "ZOO", el "ONI" y el cometa...

Miré hacia donde señalaba Adriana. Eran imponentes las dos moles de cemento que como centinelas colosales y grises se elevaban al cielo,...

- Ves, Sebi...!! Allá en ese edificio grandote es donde vive el tío Beto...!

- Tío Beto esta "aura", Naa..?
- No, el se fue a Europa a pasear... No te acordás que lo fuimos a despedir... y te asustaste con el ruido     que hacían todos esos aviones...!
- Uyyy..!! Que grandote...!!
- Mirá...!! ahora pasamos..!! Es allá ..! Es el del balcón con verde...!! Lo viste..?
- Qué alto, Naa..!! No tiene miedo el tío Beto, Naa..?

El tren aceleró la marcha luego de pasar el puente de la calle Río de Janeiro, salíamos de Buenos Aires por el oeste, las sombras ya se pintaban largas. Ahora oscurecía más temprano y la luz era distinta, pero aún hacía calor, el verano nos regalaba un poco más de sus colores y alegría, en estos momentos tan difíciles y sin trabajo, para la mayoría de los argentinos.

Sí !... - me dije, observando al Sebastián rendido en brazos de su hermana - resultó un lindo día para todos... Los lagos de Palermo con sus rejas nuevecitas, que separaban las ansias de tocar el agua o correr por el verde y revolcarse en él... Aquel nuevo "Zoo", más limpio y ordenado... pero también más caro.

La primera visita del "Sebi", su curiosidad y asombro con los grandes animales, ya no parecían tan cautivos... Su risa interminable frente a las jaulas de los monos y su silencio ante el estanque de "mamá" hipopótamo y su cría, el correteo detrás de las liebres y su estupor ante la colosal jaula blanca, con sus ventanas transparentes que separaban el mundo de los osos.
Su enorme temor y excitación por esa semiesfera gris y cribada que asomaba entre las copas de los arboles y le hacía saltar y gritar... "un ONI..!! UN ONI..!! como los de la "tele", Paa..!!! mirá Naa, UN ONI...!!! "

No pude evitar sonreír ante el recuerdo - Adriana me miró sin comprender que me pasaba, luego en gesto maternal besó la despeinada y rubia cabellera - Confieso, que realmente me quedé con ganas de ver la función del Planetario.
Tampoco pude evitar recordar otros momentos, otra imagen de regreso a casa, en otro tren, cruzando otro puente sobre un río de quietas y aceitosas aguas, rumbo al sur. El "Rolo" y mi Clara, arrullándolo en sus brazos, fundidos en uno solo... Hace tanto ya de eso..., si me parece verlo jugar con el barrilete que le fabricara el tío Luis, riéndonos todos, cuando detrás del ovillo , que enloquecido saltaba de un lado a otro, corría nuestro Rolo... Mientras Clara lo observaba, mimando a la bebita.... Pasaron tantas cosas... El "Rolo" creció... sin vivir la infancia del "Sebi" ...Y partió...

¿ Oh, Dios..? Porqué tuvieron que pasar las cosas de ese modo...? Duele recordar...

Todo se fue por la borda en ese triste año... Triste para todos, triste por la derrota de esa guerra estúpida e inútil, por las vidas desperdiciadas , por las preguntas sin respuestas, por las promesas insensatas..!!

Ese negro año...del dolor de Clara al no poder velar a su hijo, al saberlo en una tumba tan lejana... ese año, el de los "quince" de Adriana... Una chica de quince sin su "fiesta" de cumpleaños...

- Viste Papá,... como le gustaron esos barriletes al Sebi...?

- Papá!..., me escuchaste..? Viste como los miraba...? Pero..? Paa...!!
- Sí, hija... eran unos hermosos cometas... (la voz excitada de Adriana quebró la nostalgia del ayer).

Pero tenía razón, ahora que lo pienso... Eso fue lo que realmente más le gustó de todo el paseo...

" ¡¡ LOS COMETAS !!... ( volan alto Paa..!!!... comprás uno, Paa?...comprá ese de verde, Paa !
No Sebi, yo te lo voy a hacer, hijo... Uno grande de muchos colores como el arcoiris... y de largos flecos, ya vas a ver Sebi...!!

Cuándo Paa..? Cuándo..?) "



II - Una "ESTRELLA" en la lluvia...

El trabajo en la fábrica, y en especial las horas extras, me quitaban ratos con mis hijos, hacía falta realmente ese dinero extra, pero el temor más grande era perder el puesto, o que le rebajaran el jornal a uno... no había que descuidarse ni dar nada por seguro, eran tiempos malos y de hambruna...

Me preocupaba Adriana y el niño, ella necesitaba conseguir un nuevo empleo, y esto le obligaba a salir temprano en busca de una esperanza, sufrir largas y cansadoras "colas", entrevistas racistas, inútiles y "guitarreras", dejando al Sebi, sólo, por horas al cuidado de algún vecino "gaucho" y de buena voluntad. Esa zona de La Reja, era bastante despoblada y vivíamos lejos de la estación, rogaba a Dios todos los días que nada les pasara, ya bastante desgracia habíamos padecido.

Mi mayor deseo, que la tía Aurora regresara pronto de visitar a sus parientes en Salta. La extrañábamos todos, hasta "perla" una mestiza "doverman" de grandes orejas y dulces ojos, nuestro guardián, de ágil porte y fortaleza, compañera y centinela de solitarias noches.

La semana comenzó con lluvia y parecía que seguiría así hasta el domingo - lástima, tenía planes para ese fin de semana - ya era viernes y el cielo no tenía miras de aclarar, menos mal que con el agua no vino el tan esperado frío.

Había conseguido una caña hueca de nudos delicados y muy derecha, de más de un metro de largo.

Adriana en el mayor de los secretos se encargó de comprar el papel de colores, el hilo y el pegamento, yo haría el armazón o esqueleto.
A tal fin, dibujé unos diagramas: un rombo... (humm...) - un cuadrado...(no ...muy simple...)- tenía que ser algo mejor, algo especial, y si...? ¡ Eso es...!! Ahí está..!!" Una ESTRELLA"...!! El más difícil, pero el más bello de los barriletes...!!

Afuera... la lluvia, caía intensamente...



III - El "despegue", el CIELO y DIOS...

Por fin llegó el domingo, brilló el sol y una maravillosa brisa, corrió las nubes grises y despeinó las cabecitas de todos los chicos, en esa cálida mañana de otoño. Adriana no pudo con su impaciencia y le anticipó al Sebi que hoy sería un día "sorpresa", y que debía rezar todas las oraciones en la Iglesia.

Al regresar de la misa, todos corrimos a cambiarnos, el momento estaba próximo. Resultaba difícil para Adriana contener la ansiedad de su hermanito por la noticia.

- ¿Qué es Naa?... Qué es ?...              - Aún no...!! no seas impaciente...

- Decíme Naa.., Se buena..., dale...! Qué es ??... - Noooo... no señorito,...! Adivine si puede!

- ¿Vamos al cine a ver dibujitos?...    - Frío... frío...

Con infinito cuidado extraje el barrilete detrás del placard, donde lo guardáramos la noche anterior. Mi hija resultó ser una excelente ayuda, cortando, pegando, combinando colores (el rojo y azul en cuadrados simétricos y alternados, el blanco y el rojo cortado en largos flecos dobles y cortos adornos "roncadores" que coronarían la "estrella") y ahí estaba, con su metro de altura, el "barrilete del Sebastián", una enorme "pandorga" vestida de tablero de ajedrez...

Me reproché no tener una cámara a mano y capturar ese momento de asombro y felicidad del Sebi, al volverse y ver el enorme barrilete que sosteníamos ante él.

- Uyyy...!! Que grande... y lindo Paa.. !!!

- Te gusta, hijo..?
- Siiii..!! Mucho..!!! y quiero que "vole", Pa..!!

Ahí estaba lo difícil... Remontar eso... Si algo sabía yo hacer bien eran los barriletes, así se lo oía repetir a mi hermano cuando chicos, pero quien mejor los remontaba, "el experto"... era él...

Porqué no estas aquí, Luis..? Debía intentarlo.
De que sirve un barrilete que no vuela - me dije dándome ánimos.

La brisa era bastante fuerte, ayudaría y el barrilete estaba bien construido, el armazón revisado al milímetro, los tiros medidos hasta el cansancio - solo dos cosas me tenían preocupado.

Me preguntaba si tenía suficiente contrapeso, Adriana sacrificó uno de sus camisones de algodón para fabricar la cola de la "estrella", pedir más sería demasiado, pero mi temor mayor era que el piolín no resistiera el peso y la fuerza de la primer tirada, - aunque recordaba vagamente que las estrellas eran las que ponían menos resistencia a la subida -, al menos en teoría...

El momento había llegado, salimos a la calle de tierra frente a nuestra casita... El Sebastián delante de todos llevando aquel enorme estandarte que lo tenía cautivado, su hermana tras él portando la enorme cola de paño, que aún conservaba su perfume, cerrando la comitiva "perla" olfateando el aire, saltando y ladrando... y... "Yo" apretando el ovillo de hilo junto con mis miedos...

Pronto la cuadra toda se revolucionó. Todos querían ver el gran "despegue"...

¿Despegue..? El viento soplaba hacia la fila de añosos eucaliptos del terreno de don Emilio - de pronto vino a mi memoria el recurso de mi hermano en aquella calle de nuestra infancia, cuando quería evitar que su barrilete quedara como trofeo de algún cable de luz o teléfono - busqué la "ayuda", como él hubiera hecho... Allá estaba, el cable frente a " La medialuna mimosa", la panadería de doña Gloria, cruzaba la calle en diagonal (sería perfecto y estaba bien alto). Unos muchachotes ayudaron a pasar el ovillo de hilo luego de mis dos fallidos intentos.

El "Sebi" daba saltos de alegría y excitación, sus manitas sujetaban el ovillón con los doscientos cincuenta metros de piola de "chanchería" de primera como le decían. Mi Adriana hacía esfuerzos por mantener derecho y alto el enorme barrilete, aguardando la orden de soltarlo...

El viento seguía soplando hacia los peligrosos eucaliptos, recién ahora me daba cuenta de su altura, hice que Adriana buscara mejor ángulo. Los curiosos y vecinos se desbordaban en consejos y recetas, todos hurgaban en los recuerdos de la infancia, el temor a que algo malo pasara y arruinara ese hermoso barrilete había atrapado y contagiado como un extraño virus a esos "hombres-niños".

Aguardé expectante. Necesitaba una buena ráfaga. - me dije, mientras miraba nervioso los cinco eucaliptos que se me antojaban como los dedos de una gigantesca mano, que impedían darle esa alegría a mi hijo - quería una ráfaga..!

Necesitaba ese viento para la trepada inicial y poder así sortear la valla de más de sesenta metros de verde altura. Mis manos transpiraban mojando el cordel, las secaba constantemente en los costados de mi "jean", sentía calor en todo el cuerpo, algo apretaba mis sienes, el sol estaba alto pero sabía que ese no era el motivo.

"Alguien tironeó el costado de mi pantalón..."
- Y Paa..!!! No "vola" ?... porqué no vola alto, Paa?...

El "cero" en la cuenta regresiva... Mis manos presurosas recogían cordel con fuerza y desesperación.

La resistencia fue en aumento, y el temor también con el ángulo de inclinación... El clamoreo fué general...


- Se va hacia los árboles..!!!
¡¡ CUIDADOOO..!!!
- Don Alberto, lo pierde..!!!
- Papáaa... cuidado se engancha...!!! - gritó Adriana al borde de la histeria...

Recordé otra escena - aflojé cuerda de improviso y di un fuerte tirón hacia atrás - resultó, la enorme estrella pareció entender que ese no era el camino correcto y cambió el rumbo. Sentía el temblor del Sebastián aferrado a mi pierna derecha, murmurando monosílabos inteligibles.

La estrella se enderezó y pareció quedar suspendida por unos segundos, el peligro no había pasado aún. Con toda la prisa que podían mis manos comencé a recoger los cien metros de hilo desenrollado, el barrilete subió raudo en una vertical casi perfecta, sentí la presión aumentar y comencé a aflojar cordel, se encontraba en un corredor de viento ascendente apenas se lo veía cabecear, su larga y blanca cola flotaba dibujando ondeantes parábolas en ese cielo azul.

Pronto ganó altura hasta sobrepasar las copas de los altos árboles, se alejaba más y más, el ovillo bailaba como un trompo levantando tierra y haciéndose cada vez más delgado...

El "Sebi " abandonando mi pierna miraba hipnotizado como su barrilete se hacía más chiquito y lejano. Hubo murmullos de aprobación, felicitaciones y palmoteos.

- Te gusta, Sebi..?

- Síii...Naa ..!! Paa.., ¿Puede llevar cartas..?
- ¿ Cartas..?!!?
- Sí, como las de esos chicos en el "Zoo", Pa...
- Ah..! queres mandar una.. Sí hijo, aquí tengo un papel... ahora verás.
- No ese no, Pa..! ahora vengo...
- Pero adónde vas, Sebi.. ? sostené tu barrilete... no lo querés..?
- le preguntó Adriana, intrigada.
- Sííí, mucho..!! Ahora vuelvo Naa...

De nada sirvió nuestra insistencia por saber, corrió hacia la casa y entró en ella flanqueado por "Perla"...

Al rato salió agitando un pedazo de papel en su manita...
- Ponéle la carta, Paa..!!!
- Pero qué quiere, papá..? - Interrogó preocupada su hermana.
- Mandar una carta... No será difícil, el hilo está bien tirante y sopla una buena brisa ascendente...
- Vamos, Paa ..! dále..!!!
- Bien... ves, Sebi... recogemos varios metros de piolín, hay que cuidar que no se arme "galleta"...
- "gayyeta"... jee..jee..gayyeta, Naa..!!!
- Sí, que no se enrolle... ves? Ahora le hacemos un agujerito a tu "carta" y pasamos el palito del hilo por él...

Mirá como sube Naa,... mirá que rápido...!!! - Te gusta, hijo ?
- Sííííí...!!! ¿ Paa... tarda mucho en llegar al cielo..?
- No hijo...¿ Y para quién es tu "carta"..?
- Papá...! No debes preguntar... es un secreto..!
- me reprochó mi Adriana, con falso énfasis...
- NO..!!! No es un secreto Naa.



Es para mamá y para el Rolo...!!
¿¡Ya no la veo Pa!?..
¿Ya llegó al cielo..?

- Sí... mi hijo...ya llegó....
( Ya la recibió Dios...).


F I N


 

    Aquel sería un domingo diferente en la casita del sur bonaerense. Marcia y yo bajamos del coche estacionado a pocos metros de la entrada, mi madre en la puerta nos recibió nerviosa y al ver su semblante,... comprendimos que aquel sí, resultaría  un “domingo diferente” para todos...

    Sucedió a comienzos de octubre, en una tranquila noche de primavera. Me en­contraba acostado, esperando que el sueño llegara, sumido entre cálculos y reflexiones, perdido en la negrura del dormitorio y acompañado por el coro acostumbrado de sonidos sinfín, que subían hasta nuestro departamento del 7ª piso, provenientes de la transitada avenida.

     Aún repiqueteaban en mi mente como un eco lejano, las voces de los relatores del noticiero de la medianoche, que momentos antes me sirvieran de tenue arrullo.

     El carillón del reloj del living se hizo es­cuchar, y la solitaria campanada trajo orden a la noche. Fue en ese momento cuando ocurrió aquello...

     Sentí algo en mi pie derecho, que lo em­pujaba, apoyándose en él y dándole peso, pensé en Marcia, pero ella descansaba acu­rrucada al otro lado de la cama dormida profundamente. Frené mi impulso de encen­der el pequeño velador de tulipa y mirar que ocurría a los pies de la cama, Marcia se despertaría asustada, quizás sólo son ideas mías - me dije - y traté  de pensar. Ahora ya no estaba, se había ido.

     Un calambre, o un tendón buscando su posición, o sólo  nervios, sí, de eso se tra­taba. Recordé lo duro que había sido ese día de intenso trajinar para mis pobres pies – reflexioné – La culpa la tenía esa obse­sión de buscar mejores precios cada vez que necesitaba comprar algo de importan­cia.

Caminar, mirar, comparar, preguntar, re­gatear, esa era la “orden del día” para todos los porteños en estos tiempos, donde los pesos no abundaban y el trabajo tampoco, y yo no era la excepción – por lo tanto – aquello tenía que ser el resultado de la ca­minata desde Plaza de Mayo hasta el Once.

    Pero que equivocado estaba...

    Hay algo tan desconcertante, misterioso y desconocido como el cerebro humano?...  

En este extraño órgano se elaboran las per­cepciones y las ideas, allí residen las fun­ciones motrices, el mundo de la inteligencia, el pensamiento... y el “cofre de la memoria”.

 Ese cofre, tan celoso a veces de su contenido, que permanece cerrado y no existe poder terrenal que lo pueda abrir, en cambio otras veces tan generoso que nos regala recuerdos que creíamos no  tener o los creíamos olvidados para siempre. 

Allí estaba la explicación...

 “Eso” nuevamente sucedió.

 Intenté infructuosamente ver en la oscuri­dad, sabía que no era producto de un sueño, las campanadas del reloj junto con esa leve presión en mi pie me habían des­pertado.

Las campanadas?... Cuántas habían sonado?...

-  (Creo que cuatro..., o cinco...)

-  (Sí, por el silencio reinante y los pocos autos que circulaban ahora, tenía que ser noche cerrada.) 

Una tristeza sin solución me embargó, creía comprender sin atreverme a pensar..

de pronto algo en mi mente, como una chispa, me hizo saber.

     El cofre de la memoria se abrió.

     El corazón parecía dolerme...

 Las imágenes jugaban en torbellino mez­clándose con las sombras de la habitación...

 Me sentía ridículo allí acostado, impasible, temiendo moverme para no romper ese “hechizo”...

 De pronto lo vi, allí estaba..., en medio de ese carrusel de recuerdos...

 Venía hacia mí...

Con sus ojos curiosos y tristones a la vez.

 Su rojizo pelaje castigado por el viento, parecía flamear despidiendo reflejos iridiscentes...

 Avanzaba muy lentamente, como en “cámara lenta”, pero sin dejar de mirarme...

 Algo apretaba en su boca...

“Algo que sus colmillos atenazaban fervientemente...”


“El perro es especialmente de carácter gregario, busca permanentemente vivir en manadas, y debido a esto, se adapta muy fácilmente para vivir entre los seres humanos; la familia humana es el sustituto de la manada”...

Recuerdo haber leído esto y otras cosas más en los libros, y todo ello está encerrado en el cofre de la memoria, pero de allí solo se filtran con  vívidas imágenes todo lo que aprendí y los momentos que viví y compartí con YIYO. Ese pastor alemán, de linaje dudoso, pero todo un portento de bondad con chicos y grandes,su manada”..

        EL “YIYO” era un perro confiado y muy des­pierto, quizás poco seguro de si mismo, no tan independiente como los otros dos que eran sus compañeros, producto tal vez, de una extrema dependencia cuando era cachorro y la falta de un entrenamiento adecuado, aun así jamás dio problemas,  por el contra­rio,  cuando “él “ no estaba,  algo faltaba en aquella casita del sur bonaerense...


El agrade­cía todo ello, buscando mi pie, cuando me veía sentado y apoyando su cabeza en él, se quedaba mirándome a los ojos... con aquella mirada entre melancólica y curiosa, ronroneando sonidos de placer o interca­lando suspiros, vaya uno a saber de que....

-          Yo estaba a cargo de los perros , mamá se había ido a casa de la tía Nelly...”

-          Las palabras costaban pronunciarse...”Yo no quería que le pasara nada...yo no... quería... que se muriera. Los dejé solos un momento, estaba cortando la ligustrina...fui adentro....

-          De pronto ... sentí gritar los perros de los vecinos ...y el “Lucky” comenzó a aullar como un loco...presentí que algo malo había pasado...pero no que al YIYO lo hubieran atropellado....sólo vi a “León” en la puerta mirando hacia la esquina...nadie vio cuando ocurrió...no se sabe si fue un coche o un colectivo...ni porque el YIYO... corrió hacia esa calle, el nunca lo hacía....el nunca se alejaba....”

por Ascanio
 Allí estaba, la vio por el rabillo del ojo. Inmóvil, fría y vigilante. 
Orgullosa de su coraza de tono gris verdoso metalizado, con vivos blancos que destacaban ciertas zonas de su estructura, una gruesa flecha vertical amarillo furioso la cruzaba apuntando a su extremo superior, como gritando, más que señalando, donde depositar el alimento que su apetito voraz y sin límite requería y que él, obligado y sin derecho alguno a cuestionar, debía proveer.

Por el inesperado y violento envión, debió asirse de los parantes donde descansaba el obsoleto receptáculo importado, la bolsita de los remedios se balanceó peligrosamente y en un esfuerzo supremo evitó que el precioso contenido de alarga-días y calma-noches, resultado de horas de trámites plagados de excusas, negativas y cansadoras colas frente al organismo de asistencia social, diera por tierra. 

En un nuevo intento pudo esta vez lograr que su mano aferrara el cono de esa ávida y escondida boca. 

La primera tentativa fue desastrosa, (cada vez era más pequeña? , o debía cambiar los lentes como insistía día y noche la “patrona”?). La esquiva pequeña moneda jugó con dedos y ranura, y en una vertical digna del mejor clavado, surcó el aire en graciosa parábola que culminó en un sonoro tintinear sobre el sucio y transitado piso, no la siguió ni pensó en ella, debía continuar la proeza con el resto de las otras.

Los intentos por mantenerse erguido y no terminar desparramado entre los asientos lo distraían de su objetivo inmediato, la garganta metálica le devolvió un “clic” de aprobación, respiró con momentáneo alivio mientras procuraba proseguir con la tarea... 

Ya se le acalambraban los brazos por el esfuerzo y le hormigueaba la punta de los dedos...
Una voz le sonó lejana... no se atrevió a dejar de mirar la pequeña boca que pedía más y más... ”Señor..., abuelo...quedó detrás del asiento del conductor...” 

Los clic de aprobación se continuaron, pero luego todo se detuvo y el visor verde luminoso le recriminó los diez centavos faltantes, ahí recordó esa voz y sus ojos se apartaron de la gris y colgante estructura seudo-cibernética, un fuerte envión, una brusca frenada seguida de un furibundo bocinazo remataron el momento. 

De pronto la vio brillar y muy lentamente se acercó al “pedestal” del conductor, se agachó para tomarla, los ojos burlones en el espejo retrovisor lo buscaron y un nuevo empujón por poco termina sentándolo, haciendo estrellar la bolsita con su contenido en el respaldo del asiento, pasando a escasos milímetros de la cabeza de aquel dormido pasajero (como diablos podía estar ahí tan ajeno a todo y durmiendo tranquilamente, le reprochó mentalmente).

Cuando la tuvo la apretó con inusitada fuerza, esta vez no se le escaparía tan fácil y podría terminar de alimentar a ese “engendro” y así lograr sentarse, se prometió con fervor y determinación nuestro héroe. Con un último clic acompañado ahora de un sordo y prolongado sonido metálico vomitó un pequeño papel impreso indicándole que su turno había pasado, que “ya fue”, “fuera de mi vista”, “que pase el que sigue”... 

Ávidamente tomó el boleto que insinuaba tímidamente la otra boca rodeada de indicaciones y consejos, seguidos de flechitas y símbolos en idioma foráneo.

Un poco sonrojado ante el esfuerzo y el obligado papelón, buscó su lugar en el largo cubículo de asientos, pasamanos y ventanillas, y de reojo miró con encono a la fría caja gris, que ahora solitaria sin la complicidad de ese “espejito retrovisor” ya no resultaba tan inquietante.

El vehículo se detuvo entre bufidos y chirridos ante la parada, las puertas se plegaron, se acomodó mejor en su asiento esperando regodearse con las vicisitudes de la próxima víctima, la que no se hizo esperar.

Nuevamente “la importada from USA” ya tenía compañía:

"Tomado del pasamanos y con sus auriculares de vivaces colores ajustados a la cabeza, la que movía balanceándola frenéticamente al silencioso ritmo, el joven de la joroba portátil, displicentemente fue metiendo de una en una la serie de monedas en la ranura voraz y luego con un giro propio de un bailarín, asió con limpio ademán el pequeño papel impreso que le ofrecía la agradecida caja metálica".

Lo vio pasar raudo, aprovechando el envión que le regalaba el "atento conductor", y se dijo cabeceando su afirmación, “la patrona tiene razón, debo cambiar los lentes...”. Convencido trató de olvidar lo sucedido, sus ojos buscaron el exterior y mirando pasar vertiginosamente los “amarillos semáforos, musitó una plegaria”.

F I N